"Hay personas que tienen tanta luz que iluminan a los demás. A veces pienso que
estaban en un túnel y que allí sólo podían ver la luz de su interior.
Entonces,
mucho tiempo después de escapar de ese túnel... empiezan a brillar para los
demás." ("Precious")
Cajóndesastre
lunes, 19 de agosto de 2013
miércoles, 1 de mayo de 2013
Porque tu eres IL REGALO PIÚ GRANDE, sister.
Quiero hacerte un regalo
Algo dulce
Algo raro..
No un regalo común
De los que perdiste o nunca abriste
Que olvidaste en un tren o no aceptaste...
De los que abres y lloras
Que estas feliz y no finges
Y en este día de septiembre
Te dedicaré
Mi regalo más grande
Quiero donar tu sonrisa a la luna así que
De noche, que la mire, pueda pensar en ti
Porque tu amor para mi es importante
Y no me importa lo que diga la gente
Porque
Aun con celos se que me protegías y se
Que aun cansada tu sonrisa no se marcharía
Mañana saldré de viaje y me llevare tu presencia
Para que
Sea nunca ida y siempre vuelta
Algo dulce
Algo raro..
No un regalo común
De los que perdiste o nunca abriste
Que olvidaste en un tren o no aceptaste...
De los que abres y lloras
Que estas feliz y no finges
Y en este día de septiembre
Te dedicaré
Mi regalo más grande
Quiero donar tu sonrisa a la luna así que
De noche, que la mire, pueda pensar en ti
Porque tu amor para mi es importante
Y no me importa lo que diga la gente
Porque
Aun con celos se que me protegías y se
Que aun cansada tu sonrisa no se marcharía
Mañana saldré de viaje y me llevare tu presencia
Para que
Sea nunca ida y siempre vuelta
sábado, 13 de abril de 2013
jueves, 23 de agosto de 2012
pin & pon
Faltan exactamente 15 días para que te de uno más gordo aún, espero no haber desaparecido para entonces ;) no sabes cómo te echo en falta
sábado, 23 de junio de 2012
Helmantic Style
Cuando decidí estudiar Psicología
era una niña de 16 años que supo que era imposible estudiar eso en su casa,
bajo la seguridad de todo lo conocido y que lloró mucho y con ayuda de lo que
algún día espero ser yo, superó algunos de sus miedos y voló hacia lo
desconocido.
Pero no viajé sola, lo hice con una de mis viejas amigas y
Raquel, que parece que comparte destino conmigo desde pequeñas. Esa vieja
amiga, ya nunca más lo será, porque para ella no tengo una descripción, es mi
hermana, mi conexión especial, mi sol.
Gracias a mi claustrofobia
llegamos a la Helmántica, pero ese es otro tema. Ella es consciente del miedo
que pasé a no encajar, hasta que me di cuenta de que todos éramos piezas de
distintos juegos que conseguían jugar el mismo juego y ganar la partida.
Conocí a una panda de borrachos,
fiesteros, personas que a cualquier hora del día estaban dispuestos a todo, a
compartir todo, de hecho hemos comprobado que por distintos caminos todos nos
hemos tragado la saliva de todos, adorables hormonas en libertad, pero eso
sería muy poco al lado de todo lo que pasó. Podría contar historias sobre líos,
vómitos, caídas, fuentes y cortes, brujería, estudios de vez en cuando, juegos
después de comer, de cenar, películas a deshoras, confesiones con un café o con
un vodka… o tras varios chupitos de mi tequila. Pero todo lo que vivimos juntos está,
interpretado a su manera en cada una de las cabecitas que dormían en esas
camas.
Después dejaron de ser personas,
y empezaron a ser colegas, hasta que algunos de ellos han llegado a ser
verdaderos amigos. Empezando por el norte, conocía a dos gallegas, una morena
pegajosa que es como una hermana pequeña y una gran mujer a la vez, que ríe y
llora con gran facilidad, con la que he vivido momentos increíbles, secretos a
pesar de no ser tortugas, de la que voy a necesitar muchos besos a distancia y
que pronto oiré por la radio y me hará sentir orgullosa y otra castaña-intento
de rubia zanahoria, que habla por los codos, mi alma gemela de fiesta, aunque
siempre me supera al liarla, una dulce y camaleónica loca que aunque no lo
sepa, tiene más artes que muchas personas, cariñosa, sensible y buena amiga de
quién le da la gana.
Conocí a varios Ponferradinos, y
me di cuenta de lo peculiar que tiene que ser el aire de esa ciudad. Sheila y
su alegría incombustible, Simón y su habilidad para que le cojan cariño, Poli y
su visión de la vida que me apasiona y Pedro, que sabe lo que fue cuando tuvo
que serlo. De ellos guardo recuerdos, cada uno a su manera, más intensos y
menos, pero que no se me olvidarán.
Conocí a más Castellano leoneses,
un Soriano que desde el primer momento me hizo conocida por “Eguren, esto es de
traca”, para pasar a ser Egusons, putearme siempre que puede y Egurín, una de
sus mejores amigas, en la que sé que confía sus debilidades a pesar de ir un
chico duro y que me hizo sentir arropada cuando era nueva, a pesar de nuestros
estúpidos piques.
Conocí al hombre de mi casa, una Burgalesa de ojos preciosos, artista en
todo lo que se propone, incluso cantar en la ducha, más cariñosa con el tiempo,
con la que me he reído muchísimo, a la que he gritado por despertarme miles de
veces, con la que he hablado cosas íntimas, que es bipolar pero siempre intenta
tener la palabra necesaria y que con la gallega morena, son las mejores compañeras
de piso que podía encontrar y que a pesar de que no suelo dejarme ayudar, a su
manera han conseguido que estos últimos meses pesen menos. Y que os adoro
Una Pucelana, con la que no
conecté lo más mínimo, me parecía una prepotente y una malcriada y he
descubierto que tenemos muchas más cosas de las que creíamos en común y creo
que puedo decir que ha habido un antes y un después, una conexión diferente y
especial y que siempre va a poner contar conmigo. Los amigos a veces se hacen,
no solo aparecen.
Dos zamoranos hermanos, que se
parecen mucho y nada a la vez, una rubia inteligente, guapa y con un humor
fuera de serie, que dejó de ser una loca que tenía miedo de mi capacidad de
observación, para ser mi estrella y aunque no se derrumba nunca, sé que es más bien de abrazos sinceros, fuertes
e inesperados, sé que me quiere tanto como yo a ella y que me dijo una frase
que me dio alas, “solo tú transmites lo que siento con palabras”; y un moreno del cual nunca sabré el color de sus ojos porque lleva gafas hasta en invierno,
con demasiada cara, un sociable empedernido, amigo, liante como el que más, una
persona que siempre tiene una sonrisa y que me da unos abrazos de repente que me hacen saber que me cubre las espaldas, aunque eso me lo demostró desde
el primer día que me hizo pasar vergüenza en público.
Conocí a un Zaragozano que me
demostró que la diferencia puede ser una virtud y no algo que te de miedo, que
me ha hecho llorar de la risa, con el que he compartido confidencias de
borrachos siendo amigos de café y al que he echado de menos este año con sus
chistes horribles, sus inagotables vídeos y la risa que un día le contagié yo.
Y por último, los casi sureños,
mis extremeños, defensores de la tierra cono nadie, la peculiar María, Fabio
que me parece una persona simplemente adorable, con el que he tenido momentos
brutales y al que ya llevo mucho necesitando en esta ciudad, con sus hábitos
des-hábitos, y sobre todo su música clásica por el patio y sus remixes de
moderno en los botellones. Bachi, un personaje de los pies a la cabeza, curioso
en todos los sentidos, bromista, divertido, dependiente y cariñoso, además de
un emporrao de los mejores que he visto, al que también se ha echado de menos
hasta con sus malditos dedos extralargos que te hacían moratones día sí y día
también. Garal, que para mi siempre será Javi, el veterano que consiguió
picarme y causante de la mayoría de mis lagunas de noches en Salamanca, con el
que he tenido nuestros más y nuestros menos, nuestros momentos bonitos y los no
tan bonitos, una de las personas de beber más gracioso que conozco, que siempre
será el enclenque que me hizo odiar Malcolm y ahora mi musculado amigo. Y mi
extremeño favorito, David, una pulga que siempre consigue que los momentos
malos sean menos malos con una canción y unos pies en la ventana y los buenos
los mejores, que me llena de sonrisas, de palabras bonitas, de abrazos que me
rompen los huesos, de mordiscos y que sé que cerca o lejos tiene un pisotón en
el corazón (guiño).
No podría escribir todo lo que
hemos pasado juntos, las incontables anécdotas, lo intenso que ha sido y que
hace que muchos de estos meses hayan sido los mejores de mi vida. Gracias a
esta ciudad he tenido sentimientos de toda clase, que son indescriptibles y que
solo se pueden almacenar en dos partes del cuerpo, cerebro y corazón; buenos
los tíos en 3, pero os queremos igual.
Igual que viene lo bueno, se va y
hace varios meses que empecé a desear irme de aquí, quería que todo se acabara
y dejar de sentirme así, pero cada vez que pienso lo bueno que se puede sentir
en la vida recuerdo, que es una montaña rusa, igual que yo, con sus subidas y
sus bajadas y que lo importante no es caerse, sino saberse levantar. Y nadie
tiene más fuerza en sus “patinas” para pegar un salto hacia arriba como la que
yo voy a sacar de donde haya.
Espero que este año me haga empezar
a ser otra vez feliz o sentir esos pequeños momentos de felicidad, porque deseo
volver a ser la primera Eguren, la alcohólica divertida, una hiperactiva
exaltada que llena de gitaneo el lugar por donde pasa y que guarda trozos de
recuerdos que nunca creeríais. Será duro, pero si tocas fondo y crees que no
puedes caer más bajo, lo demás siempre va para arriba y al igual que fui
valiente para llegar, tengo que serlo para irme y seguir mi objetivo, que es
volver a compartir los momentos que nos queden, y aunque sé que no es para
siempre, sé que el tiempo me demostrará quién me ha puesto el hombro y quién
quiere seguir siendo importante para mí. Porque yo estoy dispuesta a estar día
y noche alerta, igual que me cuesta confiar, cuando lo hago doy todo por esas
personas.
¿Adiós? Siempre que uno quiere es un Hasta Luego
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